Por María Isabel Díaz
Educadora de Párvulos
Magíster y candidata a Doctora en Educación
Coordinadora equipo educación parvularia
Unidad de Currículo y Evaluación
Ministerio de Educación


Es ampliamente reconocido en la literatura que los lenguajes artísticos en la educación de los primeros años, adquieren una importancia fundamental en la formación integral de los niños y niñas. Constituyen una fuente original y creativa para expresar, representar, apreciar y recrear la realidad.

Cuando hablamos de lenguajes artísticos nos estamos refiriendo a aquellas expresiones vinculadas al campo plástico-visual, corporal y musical, ámbitos que en la educación inicial se desarrollan en forma integral. En estas primeras etapas se debe tener presente que lo prioritario no es desarrollar determinadas destrezas o técnicas para dibujar, pintar o danzar, sino lo que se busca es que puedan familiarizarse y disfrutar con las más diversas oportunidades de expresión y de apreciación.

En el campo de las salas cunas, jardines infantiles y colegios, la dimensión expresiva es considerada como vital en la alfabetización estética y presenta una reconocida trayectoria didáctica en la educación de los primeros años.

Las educadoras de párvulos tienen un gran interés por privilegiar está área en la jornada diaria. Sin embargo, es válido precisar, que se debe poner siempre atención en el sentido y la forma de plantear las actividades para evitar que se derive solamente hacia el aprendizaje de ciertas técnicas, a la ejercitación de algunas manualidades y a la producción de llamativos trabajos “artísticos”, con el propósito de cumplir con determinadas celebraciones y eventos, en que muchas veces provocan situaciones de tensión más que satisfacción, por las exigencias que requiere la producción de estas presentaciones.

En este ámbito, existen muchos otros aprendizajes igualmente importantes que son fundamentales de privilegiar en esta etapa que a veces se omiten o pierden protagonismo por la complejidad didáctica que ello implica. En otras palabras, es necesario evitar que los lenguajes artísticos adquieran un carácter instrumental, distanciándose de los objetivos y principios pedagógicos declarados en el currículo oficial de la educación parvularia.

En este referente curricular se afirma que la expresión creativa se refiere a la capacidad de representar el mundo interno y externo a través de diversos recursos expresivos como son por ejemplo: los juegos teatrales, las coreografías sencillas, la interpretación de canciones (recordando su letra y siguiendo el pulso), además de los diversos recursos gráficos y pictóricos, en los cuales encontramos los dibujos, el modelado, las maquetas, entre otras manifestaciones creativas.

Desarrollar la sensibilidad y apreciación estética en los niños y niñas: un desafío que es posible iniciar desde los primeros meses de vida.

En este último tiempo, uno de los desafíos más relevantes para quienes están realizando procesos educativos sistemáticos en esta área, ha sido cómo promover la sensibilidad y apreciación estética en los primeros años.

En efecto, tradicionalmente la tendencia en este ámbito de la formación artistica, ha estado centrado en privilegiar la expresión creativa en los niños, en sus más diversas manifestaciones, dejando de lado o postergando la apreciación estética para las siguientes etapas, en otras palabras para cuando sean “más grandes”.

Sobre esta nueva dimensión -que podría aparecer como un tema muy complejo para abordar con los niños y niñas más pequeños- es importante destacar que cuando estamos hablamos de sensibilidad y apreciación estética nos estamos refiriendo a las capacidades de interesarse, de disfrutar, de reconocer y apreciar la naturaleza y las distintas manifestaciones artísticas, aprendizajes que por cierto se pueden comenzar a enseñar en estas etapas iniciales. Los niños y niñas en forma muy temprana comienzan a manifestar sus preferencias y también sus desagrados frente a determinadas obras o producciones artísticas.

¿Cómo podemos orientar el desarrollo de la apreciación estética en los párvulos?

Para favorecer la sensibilidad y apreciación estética, es necesario reconocer primero cuáles serían aquellos elementos estéticos básicos en que habría que poner especial atención cuando queremos estimular esta área en los niños y niñas pequeños, dentro de esas claves se encuentran por ejemplo: los colores, las formas, la dirección de las líneas, los movimientos, los tamaños, las expresiones de los rostros, las texturas, los ritmos, las melodías, los timbres, las intensidades (fuerte o suave), las velocidades (rápido-lento), los desplazamientos de una danza, el carácter (alegre o triste), entre otros.

En este sentido, es fundamental al momento de realizar este tipo de contactos con diferentes obras artísticas y culturales, considerar que son tipos de experiencias que involucran la participación activa de los sentidos, lo que implica poner en juego, las sensaciones y emociones que provoca una determinada producción artística. Estamos hablando desde los elementos más sencillos de la naturaleza como las hojas, las flores, las piedras, los sonidos, las conchitas, hasta las pinturas, fotografías, esculturas, grabados, piezas musicales, danzas y bailes.

Aprendiendo a dialogar con las producciones artísticas

En este contexto se recomienda además de ofrecer variadas oportunidades para conocer y disfrutar distintas expresiones, incorporar como una de las estrategias clave para la enseñanza, comentarios metafóricos o sencillas interrogantes que se dirijan hacia la creación de la obra, es decir a lo que están observando, escuchando o explorando, de manera que puedan contribuir, a hacer notar ciertas características relacionadas con: los materiales, los mensajes, los colores, las formas, los desplazamientos, los soportes y las técnicas empleadas.
Dentro de estas estrategias se sugieren por ejemplo comentar: “esa línea está bailando”; “los colores se escondieron”, “los puntos están corriendo” o preguntar ¿desde dónde se puede ver mejor la obra?, ¿qué cuidados hay que tener?, ¿cuáles son los materiales que se habrán utilizado?, ¿qué colores están ausentes?, ¿qué habrá querido expresar la autora de la obra?, ¿a qué se parece?, ¿qué te recuerda?, ¿ qué es lo que más te gusta? ¿es alegre o triste? ”. La formulación de interrogantes y los diálogos espontáneos son una fuente inagotable de ayuda, para que los niños y niñas puedan descubrir y disfrutar los recursos expresivos de una obra.

A modo de resumen, queremos afirmar que existe pleno convencimiento que los lenguajes artísticos ofrecen un abanico de posibilidades para que los niños y niñas desarrollen diferentes capacidades, pero esto supone un conjunto de condiciones didácticas para alcanzar en forma efectiva un proceso de calidad.
En los primeros años, no solo necesitan expresarse creativamente a través del dibujo, la pintura o los bailes, sino también desarrollar la sensibilidad y la apreciación estética. Generar un acercamiento integral, auténtico y esencialmente lúdico, hacia las diferentes manifestaciones artísticas, es un reto educativo que como se puede confirmar no se requieren grandes recursos, ni condiciones tan extraordinarias que puedan limitar el desarrollo de esta área de formación, implica más bien a detenerse en profundizar en el qué y cómo enseñar. Queremos que nuestros niños y niñas aprendan a comunicarse en forma integral, expresándose creativamente y apreciando y disfrutando de la naturaleza y las distintas manifestaciones artísticas.

María Isabel Díaz

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